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Editorial

Si tenemos una obligación hacia nuestros niños, no puede ser otra que la de hacerles conocer nuestra historia. No podemos hablar de transición sólida hacia la democracia sin haber garantizado una reconciliación de los jóvenes con su historia, sin haber construido puentes de comunicación y de diálogo entre los que hicieron la historia y los que hacen y harán el relato.

La Instancia Equidad y Reconciliación, en su mandato, planteó esta cuestión de contexto histórico de las violaciones de los derechos humanos, llamó la atención sobre el problema y se negó a substituir a los historiadores y a los investigadores. Pudo, en el marco de sus investigaciones, constituir un fondo de archivos que será puesto a disposición de los profesionales del relato histórico permitiéndoles de esta manera realizar su misión.

La IER levantó también la problemática de gestión de los archivos a nivel nacional. Dos años después de la entrega del informe final de la IER y en el marco del seguimiento de sus recomendaciones, se publicó una ley sobre los archivos, se estableció un instituto de la historia y se abrió un debate público.

Pensamos que sigue habiendo dos puntos que permitirán facilitar el trabajo de los actores interesados, además de los decretos de aplicación de la ley de los archivos: una ley de acceso a la información y una ley relativa a los datos personales cuyo proyecto está en curso de estudio por la Cámara de Representantes.

Por eso es necesario sensibilizar aún más a las cuestiones relativas a nuestra historia. El objetivo es de construir una `conciencia histórica en el doble sentido de conciencia de hacer la Historia y conciencia de pertenecer a la Historia' (Paul Ricoeur), es en esta tarea que deben cooperar historiadores e investigadores y también el conjunto de los medios de comunicación.

Ahmed Herzenni, Presidente del CCDH

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