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Comunicado relativo al informe de Human Rights Watch sobre “los derechos humanos en el Sáhara Occidental y en los campos de refugiados de Tindouf”

Teniendo conocimiento del informe de Human Rights Watch recientemente publicado sobre el estado de los derechos humanos en las provincias saharianas, por una parte, los campos de Tindouf, por otra parte, el CCDH, en su calidad de institución nacional independiente de promoción y protección de los derechos humanos, no podía no reaccionar. Después de un estudio detenido de dicho informe llegó a las conclusiones siguientes, que desea compartir con la opinión pública nacional e internacional:

1- Este informe traiciona una verdadera inclinación anti marroquí. Mucho tiempo antes de ser terminado y publicado, y más concretamente en la víspera de la tercera ronda de negociaciones de Manhasset, HRW había publicado en Nueva York un comunicado que prefiguraba el contenido hostil a Marruecos, y cuyo objetivo consistía en sabotear dichas negociaciones y más concretamente privar el Plan de Autonomía presentado por Marruecos de toda oportunidad de ser el centro de dichas negociaciones. Incluso si pretenden no pronunciarse sobre el fondo político de la cuestión de las provincias saharianas, queda patente que los autores del informe encajan en realidad las tesis secesionistas del Polisario. No tienen por lo tanto la imparcialidad que les permitiría alegar de una manera creíble los derechos humanos.

2- La parcialidad de los autores del informe ya aparece a través del desequilibrio evidente entre su tratamiento, desde un punto de vista puramente metodológico, del caso de las provincias saharianas de Marruecos, y su tratamiento del caso de los campos de Tindouf. En las provincias saharianas y en Marruecos en general, pudieron circular libremente durante más de tres años, encontrándose y entrevistándose con los que querían. En los campos de Tindouf han pasado… cuatro días (¡!), y sólo pudieron hablar con personas elegidas por los amos de casa. A pesar de todo y porque la verdad es irreducible, las violaciones sospechadas durante los cuatro días pasados en los campos sobrepasan- para quien sabe leer entre las líneas - y tanto en gravedad como en número, aquellas prestadas a Marruecos en sus provincias saharianas.

3- Con una intención de engañar, los autores del informe insinúan en varias ocasiones que el Polisario es un “movimiento de liberación” (hay que entender: ¡puede permitirse temporizar con los derechos humanos!). Pero eso los implica en contradicciones insuperables. Ya que:

a- si el Polisario es un movimiento de liberación, entonces Marruecos es una potencia ocupante, y en este momento debería ser juzgado no sobre la base del referencial de los derechos humanos sino sobre la del derecho humanitario internacional. Pero,

b- si los autores del informe habían adoptado el punto de vista del derecho humanitario internacional, más minimalista que el de los derechos humanos, entonces habrían sido forzado a abandonar la mayoría, si no todas sus alegaciones contra Marruecos.

4- Contra toda lógica y porque manifiestamente para ellos lo más importante era maximizar en la medida de lo posible sus cargas contra Marruecos, los autores del informe decidieron adoptar el punto de vista de los derechos humanos (véase el apartado “marco legal” del informe). Pero como no se puede desafiar impunemente la lógica, eso los puso ante nuevas dificultades. ¿Cómo mantener a pesar de todo la presunción de ocupación contra Marruecos? ¿Cómo justificar la singularización de las provincias saharianas mientras que por otra parte, y aunque sea en la punta de los labios, los avances de Marruecos en su conjunto en materia de democracia y respeto de los derechos humanos son reconocidas?

5- Para decirlo claramente, los autores del informe fallan lamentablemente en demostrar que una situación de excepción prevalece en las provincias saharianas. Ocultan completamente los logros de estas provincias en materia de derechos económicos y sociales, mientras que los derechos humanos son indivisibles. En cuanto a los derechos civiles y políticos, citan en este ámbito unas treinta supuestas violaciones, todas individuales. Suponiendo incluso que todas estas violaciones estén probadas, lo que no es el caso, a caso constituyen una violación sistemática de los derechos humanos, que sola, justificaría un informe especial. Los propios autores del informe no se atreven a afirmarlo.

6- Conscientes, básicamente, de su fracaso, los autores del informe sólo pueden huir hacia adelante. Olvidando que su propósito era de denunciar supuestas violaciones de los derechos humanos en las provincias saharianas, combaten las leyes marroquíes - que bien obviamente no se aplican únicamente a las provincias saharianas. Método inadmisible de momento que dichas leyes fueron regularmente establecidas por las asambleas representativas de un Estado soberano.

7- La fuga hacia delante de los autores del informe les lleva en su conclusión, a recomendar principalmente la extensión del mandato del MINURSO a las cuestiones relativas al respeto de los derechos humanos. Si el “mal” está en las leyes marroquíes, esta recomendación, suponiendo que sea legítima, es manifiestamente insuficiente. Si está en las supuestas violaciones individuales de los derechos humanos en las provincias saharianas, entonces es también manifiestamente desproporcionada. Refleja un prejuicio que precedió la investigación y que tiene como objetivo, contra la orientación tomada por la comunidad internacional desde la presentación por Marruecos de su Plan de Autonomía, minar la soberanía nacional de Marruecos.

El CCDH habría deseado que HRW se ahorrara un informe especial sobre las provincias saharianas de Marruecos que no tenía justificación. Una vez que la decisión se tomó de hacer a pesar de todo un informe especial, habría deseado que este informe fuese realizado en todas sus etapas conformemente a las normas del arte. Desgraciadamente eso no fue el caso. Tanto en la metodología, en la conducta de las investigaciones como en las recomendaciones, el informe revela un grado raro de no profesionalismo, de inconsistencia y de mala fe.

Una mejor cooperación entre HRW y el CCDH así como con otros organismos marroquíes públicos y civiles habría seguramente permitido reducir las debilidades del informe. El CCDH, en varias ocasiones, ofreció tal cooperación. Tratándose especialmente de las provincias saharianas, había debidamente invitado al HRW a asistir al debate público que organizó en Laayoune los días 29 y 30 de octubre de 2008, y que fue caracterizado por unanimidad como un debate efectivamente abierto, transparente y fructuoso. Desgraciadamente, el HRW había declinado la invitación y se había limitado a enviar a un observador no oficial.

No nos desesperamos por construir con HRW, como con todas las demás ONG internacionales de los derechos humanos, relaciones de confianza y ayuda mutua para el bien de los derechos humanos en Marruecos y en otros lugares. Pero primero el HRW deberá reevaluar el informe cometido contra Marruecos y la calificación de sus autores directos.

Ahmed HERZENNI, Presidente del CCDH

Hecho en Rabat, el 30 de diciembre de 2008.

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